También quiero que sea un homenaje a las buenas profesoras, y profesor que me han ayudado a aprender todo lo que sé para darle vida al barro. Y a los compañeros y compañeras con los que tan buenos momentos he pasado, y espero seguir pasando, con los que también hemos compartido conocimientos. Un especial agradecimiento a mi compañero Amando, que tanto me ha enseñado sobre el torno.
Descubrí por primera vez esta pasión cuando iba al colegio, en la escuela del campo de futbol de Almadén (Ciudad Real). Nuestra profesora Dª Loli, que acababa de llegar de Madrid y traía ideas revolucionarias sobre la educación, como no dar clases los sábados por la mañana. Nos propuso hacer durante las mañanas de los sábados un Belén de Arcilla, con la arcilla que cogíamos en el patio del propio colegio. ¡Aún hoy recuerdo la enorme emoción que sentí al ver todas las piezas del belén colocadas sobre un papel de embalar que cubría todos los pupitres de la clase! ¡ Esas figuras de arcilla roja sin cocer, modeladas a mano por todos los compañeros y compañeras de la clase, me parecieron preciosas!.
Pasaron muchos años hasta mi siguiente contacto con el mundo de la cerámica. Fue en un curso de cerámica que organizó la casa de la cultura de Almadén en 1988 pero la profesora, Nieves, se marchó de Almadén al año siguiente y nos quedamos sin taller de cerámica.
Cuando vine a trabajar a Bilbao, mi compañera de trabajo y amiga, Marijose, me dijo que ella iba a un taller de cerámica en la casa de cultura de su pueblo, Basauri, y es así como nuevamente entra en mi vida la cerámica y donde creo casi la totalidad de la obra que muestro en este blog. Empecé en el curso 2006/07 con la profesora Manuela, la sustituyó el profesor Lander y actualmente está la profesora Marta.